Han pasado ya algunas noches desde aquella escapada a Bandama, que recuerdos, nuestra primera salida de la madriguera... ¿Quieren saber cómo nos lo pasamos? Empecemos pues por el principio:

Nada más bajarnos, ni beber agua ni nada, comenzamos la ruta. Empezamos a bajar y la primera parada que hicimos (¡por fin!) fue el mirador, y aprovechamos para sacarnos algunas
fotos. Seguimos nuestra caminata y empezamos a encontrarnos con un montón de cosas interesantes: rocas inmensas, bancos de piedra, muchísimos arboles y un paisaje que quitaba el hipo.
Las Amigas del Bosque que estaban cansadísimas después de haber bajado la caldera, hubo que convencerlas para que fuéramos a investigar y a explorar todo lo que teníamos a nuestro alrededor. ¡Encontramos un árbol tan grande! ¡Teníamos que escalarlo y ver lo que podría haber en su copa! Y allí, muy entretenidos, esperamos a que se hiciera la hora para poder comer.
Una vez terminado el almuerzo y haber reposado un fisco la barriguita, empezamos a caminar pa´rriba. Ahora ya costaba más, pero cuando llegamos arriba tuvimos la oportunidad de apreciar todooo lo que habíamos subido. ¡Ooooh!
Poco después apareció la guagua y nos fuimos dirección el Hoyo, donde nos encontramos a Daniel, un amigo de Kata, que nos hizo un juego para terminar nuestra gran Aventura. Y ya por último nos fuimos a Schamann, donde nuestros papis y mamis estaban esperándonos.
¡FELICIDADES CASTORES POR EL SÚPER PATEO QUE HICIERON!